No és ansietat és enamorament. merde. L'amor de l'animal sexual

Lo maravilloso es la felicidad experimentada cuando a su lado. Una placidez, una alegría, gozo y ilusión de paz obtenida. El júbilo.
Con el punto justo de excitación para mantenernos despiertos atentos hasta el siguiente encuentro.
Ayer por la noche la perfección del no cambiar nada. Los tomates variedad fresa, aliñados con zumo de limón, aceite dorado, pimienta y una pizca de sal, los quesos, -sin olvidar las chicharritas de plátano!- y unos hongos con salsa reposada. Cuatro cosas sobre la frialdad metálica de la cocina, y Antonio detrás, limpiando platos, ollas y fogones. Ya tocadas la una de la madrugada, aún se quedará hasta más tarde.
Y nosotros, hablamos y hablamos, de vez en cuando un abrazo impulsivo, un apretón con fricción y nuestros olores que ya son uno. El perfume protector del objeto deseado. Me pierdo en su pelo, para reencontrarlo a él en mi cuello. 
Y nos miramos y reímos y volvemos a jugar, y bebemos whisky y vencemos el cansancio con las ganas de mostrar la mejor versión de nosotros mismos. 

Nada es gratuito; solo espero que la factura no suba demasiado. De totas formas, para volverlo a abrazar, mimar, besar y observar, daría todo el oro que pudiera recolectar. 
No bebería aceite de oliva nunca más. No me bañaría en el mar. 
Y la pregunta que siempre salta como un insecto distraído: ¿Y él? ¿Sentirá lo mismo?
Él solo ríe de la manera que me hace perder los pocos papeles que aún guardo, pero si, también, cuando lo acaricio, aparece la gallina, en forma de menudas circunferencias en estos brazos morenos y suaves.

Y solo me puedo aferrar a la ilusión y esperanza, que cuando estas pasiones me continúan llegando yo las vivo así como Diós manda, como si nunca hubiera sufrido por amor.

¿Y pues? Que estamos en el baile y toca bailar.

¿Cuando nos vamos a vivir a la montaña? Dije. 

(La ansiedad es la pesadilla del pensador, mientras que el enamoramiento lo es de los que se saben abandonados.- O asi lo veo yo este jueves que vuela, que ayer lunes me soplaba los pies).

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La perfecció de no canviar res.
Els tomàquets amanits amb suc de llimona, l'oli daurat, el pebre i un polsim de sal, els formatges i uns bolets amb salsa reposada.
Quatre coses sobre la fredor metàl•lica de la cuina.
L'Antonio per darrera netejant plats, olles i fogons tocada la una de la matinada. Encara s'hi quedarà fins més tard.

De tant en tant una abraçada impulsiva, una fricció i aquell perfum protector de l’objecte del desig. Les nostres olors que ja en són una.
Ens mirem i riem, i tornem a jugar, i bevem i vencem el cansament amb ganes de mostrar la millor versió de nosaltres mateixos.

Res és gratuït; només espero que la factura no pugi gaire. De tota manera... no beuria mai més oli d'oliva. No em banyaria al mar. Per tornar-lo a besar.

I la pregunta salta com un insecte distret: Sent el mateix?
Ell només riu de la manera que em fa perdre els pocs papers que encara guardo.
Però quan l'acaricio, apareix la gallina, en forma de menudes circumferències en aquests braços morens i suaus.

M’aferro a l’esperança, que quan aquestes passions m’arriben jo les visc així, com Déu mana, com si mai hagués patit per amor.

I do? Que som al ball i hem de ballar.

¿Cuando nos vamos a vivir a la montaña? Dije.


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